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TEMA DEL MES I LA CULTURA Y SU EVOLUCIÓN A LO DIGITAL

TEMA DEL MES

La cultura y su evolución a lo digital

 

Por: Carlos Alberto Echavarría Díez

Gerente de FORMACTIVA

gerencia@formactiva.com.co

 

Al enfrentar los retos que desde lo estratégico se plantean las llamadas organizaciones 4.0 en su forma de organización, necesariamente se impacta su cultura, la cual se constituye en la base y prioridad para lograr la integración de la tecnología para mejorar sus procesos, servicios y modelos de negocio, propósitos fundamentales de la llamada transformación digital. 

Cada día, observamos cómo el mundo en que vivimos cambia más rápido de lo que podemos responder, comprender y, mucho menos, controlar. Las organizaciones que fueron capaces de crecer en las últimas décadas se enfrentan a dificultades impulsadas por las fuerzas de la globalización, agilismo y la disrupción tecnológica. Hoy, más que nunca, el propósito de una organización tiene el poder de motivar e inspirar empleados, generar lealtad de consumidores y ayudar a las empresas a forjar un camino de crecimiento sostenible. Sin embargo, para hacer uso de dicho poder, las organizaciones, sus líderes y colaboradores deben primero trabajar en reconocer cuál es ese propósito, qué significa y cómo pueden inspirar a otros a creer en ese propósito a gran escala, de forma tal que permee en la cultura de la organización. Las organizaciones que están comprometidas a integrar su propósito a su cultura y estrategia, tienen mayores probabilidades de ganarse la confianza de sus empleados y stakeholders. Ese es el combustible que puede llevar a una compañía, no solo a sobrepasar a su competencia, sino a gestionar las resistencias en un contexto de creciente incertidumbre. 

Aquí hay algunas formas en las que la cultura organizacional puede influir en la evolución a lo digital: 

 

1. Aprendizaje divertido como posibilidad de conectar con las nuevas generaciones desde lo aportado por los video juegos y la gamificación con la cercanía de lo placentero y lo productivo como una forma de producir transformaciones en la sociedad. 

2. Mentalidad y actitud hacia la tecnología: la cultura organizacional determina la mentalidad y actitud de los empleados hacia la tecnología. Si la cultura valora la innovación, la experimentación y la adopción de nuevas herramientas y tecnologías, es más probable que los empleados estén abiertos al cambio y se involucren activamente en la transformación digital.

3. Agilidad y adaptabilidad: una cultura organizacional ágil y adaptable es fundamental para la transformación digital. La capacidad de responder rápidamente a los cambios tecnológicos y adaptarse a nuevas formas de trabajo es esencial. Esto implica fomentar una mentalidad de aprendizaje continuo, promover la colaboración y la flexibilidad, y eliminar barreras jerárquicas que puedan obstaculizar la adopción de nuevas tecnologías.

4. Innovación y experimentación: una cultura que promueva la innovación y la experimentación proporciona un entorno propicio para la transformación digital. Esto sugiere alentar a los empleados a proponer ideas, tomar riesgos controlados y aprender de los errores. La cultura debe fomentar la creatividad y la disposición para explorar nuevas soluciones tecnológicas que impulsen la transformación digital.

5. Colaboración y trabajo en equipo: la transformación digital requiere una colaboración efectiva y un trabajo en equipo multidisciplinario. Una cultura que valore la colaboración y fomente la comunicación abierta y transparente facilitará la implementación exitosa de proyectos digitales. Para lograrlo, es necesario romper los silos departamentales y fomentar la colaboración entre diferentes áreas de la organización.

6. Enfoque en el cliente: la cultura organizacional debe estar centrada en el cliente para impulsar la transformación digital de manera efectiva. Por lo tanto, se hace necesario comprender las necesidades y expectativas de los clientes, y utilizar la tecnología para brindarles una mejor experiencia. Una cultura orientada al cliente promoverá la adopción de tecnologías que mejoren la interacción con los clientes y generen valor para ellos.

7. Desarrollo de capacidades organizacionales como base para comprender y aprender de las nuevas formas de trabajo y de consumo, como motor permanente de la transformación de los servicios y productos que exigen las nuevas generaciones y el uso de nuevas tecnologías.

 

Por lo tanto, las organizaciones deben evolucionar y enfrentar la incertidumbre y preparar a su gente y forma de actuación con base en las nuevas realidades y, de esta manera, poder asumir la incorporación a la tecnología, que no es la estrategia sino el camino para cumplir con el propósito y propuesta de valor ofrecido a la sociedad.