CASOS Y DATOS
Formación sobre diversidad, equidad e inclusión (DEI)
El mundo empresarial ha realizado grandes avances en las últimas décadas. Pero, tal como nos han demostrado los movimientos Me Too (“Yo también”) y Black Lives Matter (“Las vidas negras importan”), todavía hay mucho camino por recorrer. Las organizaciones que no priorizan la diversidad, la equidad y la inclusión corren el riesgo de pasar por alto una inmensa reserva de talentos y enemistarse con una fuerza laboral valiosa.
Si las personas no se sienten valoradas, empiezan a buscar en otra parte. Y si encuentran un entorno más atractivo, se llevan consigo sus habilidades y experiencia. Por eso no es de extrañar que crear un centro de trabajo inclusivo que valore la diversidad y favorezca la equidad sea sumamente prioritario para muchas empresas.
¿Qué significa esto en términos de formación para empresas y desarrollo? Pues bien, los cursos de un día ya no están a la altura. Muchas organizaciones están recurriendo a la formación avanzada para provocar un cambio radical y desafiar las tendencias arraigadas a todos los niveles de la compañía.
¿Cómo se traduce esto en la práctica? El proceso formativo sobre DEI obliga a los gerentes a examinar minuciosamente las prácticas de la empresa y a crear conciencia sobre el modo en que sus propias inclinaciones inconscientes y la falta de percepción cultural pueden afectar a su equipo. Es un trabajo duro e incómodo, pero acarrea beneficios importantes.
Después de todo, existe una clara correlación entre el género y la diversidad cultural y la rentabilidad. La DEI no solo es importante para crear un entorno laboral positivo. También afecta a tu balance.
Autora: Mildred Candelario